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Balance finales de temporada: lo que vimos y lo que nos espera (parte I)

Balance finales de temporada: lo que vimos y lo que nos espera (parte I)

No existe tiempo en el mundo que alcance para ver todas las series que tengo ganas. Son muchas las que veo y muchas más las que me quedan afuera, por lo que hacer una selección a veces cuesta. Pero las que veo, aquellas con las que decido continuar aún ante comienzos de temporada medio flojos, las veo hasta el fin. A veces cuelgo y me pongo al día a fuerza de maratones de fines de semana, mate y tejido en mano.

Precisamente a eso me dediqué la semana pasada, a ver finales de temporada varios. Algunos me dejaron muy satisfecha, otros me sorprendieron y otros fueron un bleh que no me dijo nada de nada. He aquí los veredictos.

Suburgatory. 3×13 «Stiiiiiiill Horny»

Este no fue un final de temporada así nomás, fue un series finale. Más allá de que la levante o no Netflix, este sería el final de la historia de los Altman si eso no sucede y tengo 3 palabras para decir: flojo, flojo, flojo. Una serie con tanto humor e ironía que hizo agua al momento de poner a los personajes principales en situaciones amorosas. Tanto Tessa (Jane Levy) como George (Jeremy Sisto) son mucho menos interesantes al estar en pareja y creo que eso pasa porque los personajes secundarios crecieron demasiado. Llegaron al punto en que cuando interactuaban con ellos, se cancelaban. Ryan, el novio de Tessa, era mucho más gracioso antes de ser su novio. Aunque perdimos a Parker Young en esa cosa horrenda llamada Enlisted, ya habíamos perdido a Body Talk al convertirse en objeto de afecto de la colorada. Ni hablar de la relación de George con Dallas que comenzó y murió en la segunda temporada. Cada uno por separado, en esa cosa de seducción no obvia, era más gracioso y más sustancioso.

Incluso se las arreglaron para darle momentos tediosos al mejor personaje de la serie por lejos, la señorita Dalia Royce (Carly Chaikin). La tercera temporada sufrió mucho por lo que fue la segunda, quedó herida de muerte y así le fue. Si vuelve, estaría bueno que no se tome tan en serio a sí misma y se ría de todo y todos, como hizo en la excelente primer temporada y en pincelazos de las dos siguientes.

Grey’s Anatomy. 10×24 «Fear (Of The Unknown»

Tengo una tremenda relación de amor/odio con Grey’s Anatomy. Hay momentos en que la dejo porque la endogamia del Seattle Grace Mercy West Grey Sloan quién-sabe-cómo-se-llamará-la-temporada-que-viene me harta. Harta y cansa ver el ritual de apareamiento de los mismos personajes durante tanto tiempo, harta ver que todo el que llega debe (necesariamente) acostarse con alguien y sufrir por eso. Pero como todos tenemos placeres culpables, éste es el mío y lo admito. Intento dejarla pero vuelvo como a una droga potente y peligrosa que me llama, como las sirenas a los marineros en La Odisea. Imposible resistir a su canto de muertes, engaños, dramones y pasiones.

Esta finale destacó por sobre las demás porque no murió nadie. Al contrario, celebramos la vida de la doctora Yang (Sandra Oh), quien decide hacer las valijas y partir a Suiza, a hacerse cargo de la mega-archi-genial clínica que le deja a cargo su ex. Y así como Cristina se va con su escalpelo a otra parte, Meredith (Ellen Pompeo) se encuentra en una gran encrucijada: seguir a su marido, el mejor neurocirijano el planeta, a Washington, o quedarse y trabajar en investigación. La pareja perfecta afronta un gran problema, que puede incluso separarlos para siempre. Ninguno de los dos está dispuestos a ceder. Para colmo apareció una nueva doctora, la reemplazante de Yang, que es una Grey, hija de la mamá de Mer y el Chief Webber (!!!)

Los demás personajes no tienen grandes historias: Alex se amiga poco a poco con su nuevo trabajo, Arizona y Callie tendrán un bebé en un vientre de alquiler y  no mucho más. Pero tampoco es necesario más, ya que a esta altura podemos decir que Grey’s Anatomy se le perdona todo.

The Good Wife. 5×22 «A Weird Year»

Una de las mejores series en plaza, lejos. Elegante, sin estridencias y con actuaciones más que sólidas, The Good Wife redondeó otra temporada perfecta. Muchos nos preguntábamos «¿Y ahora qué?» después del cimbronazo del 5×15. Y ese «ahora» fue, como no podía ser de otra manera, original e inteligente.

Alicia (Julianna Margulies) quedó en pausa luego de la muerte de Will (Josh Charles), pero eso no la inmovilizó, todo lo contrario. Por fin hizo lo que tendría que haber hecho, es decir, mandar a volar a su maldito marido, el señor gobernador del estado de Illinois, Peter Florrick.

The Good Wife se trata, al fin y al cabo, de la transformación de Alicia de madre y esposa, víctima de la infidelidad de un esposo con alto perfil en una mujer que decide, dadas las circunstancias, redefinirse. Y en esa redefinición se encuentra con otros hombres, otras realidades y un trabajo que si bien es una herramienta para salir de ese lugar al que estaba confinada, no termina de completarla.

¿Será el de Fiscal de Distrito el trabajo que la haga sentirse realizada a nivel profesional? La propuesta de Eli Gold en un primer momento es un golpazo, pero Eli sabe leer la situación, es un buen medidor de temperaturas políticas y esta idea de Alicia en un puesto político es genial. Y va a ser genial ver a Alicia decidir qué hacer: seguir con su firma, que está haciendo agua por el eterno complejo de inferioridad de su socio, Cary Agos, o lanzarse a la arena política.

Lo que no hay duda es que, sea lo que sea lo que elija, tendremos una serie de elite en un gran momento.

Arrow. 2×23 «Unthinkable«.

Arrow es otro de esos placeres culpables, pero casi que el hecho que sea protagonizada por un superhéroe la justifica. Creo que es más un antihéroe, pero esa es una cuestión a dirimir.

Esta segunda temporada fue mejor que la primera, gracias a la aparición de ese gran personaje que es Slade Wilson, interpretado por el pedazo de quebracho conocido como Manu Bennet. Porque Arrow tiene esas cosas. Tiene unos actores que son horribles, que tienen menos expresión facial que una maceta y aún así, la historia te atrapa. No podés dejar de saber qué desafío le va a plantar la vida a Oliver Queen (Stephen Amell, el hombre de los abdominales tallados en mármol).

Habiendo perdido a su madre y con su hermana renegada por haber sido víctima de las mentiras (su padre biológico es el malvado Malcom Merlyn), Oliver solo puede contar con su grupete de aliados para contrarrestar a Slade, que ahora tiene un ejército de criminales a losque inyectó sangre con Mirakuru, la fórmula de la discordia que vuelve invencible y potencialmente inmortal a quien lo consume. Presa del odio de Slade, Oliver está desesperado y perdido. Incluso duda en probar la cura al Mirakuru que lograron sintetizar los científicos de Star Labs, aunque finalmente lo hace y al ver que Roy se cura, elabora un plan maestro que lo llevará a, por fin, deshacer a Slade de todo ese poder que le otorga más de una ventaja táctica a la hora de vengar la muerte de Shado.

De menor a mayor, Arrow construye siempre buenos finales de temporada y no duda en cargarse a quien haga falta si la historia se verá beneficiada.

Supernatural. 9×23 «Do You Believe In Miracles».

Luego de una gran temporada 8, la 9 fue medio floja. La constante pelea entre Sam (Jared Padalecki) y Dean (Jensen Ackles) fue un poco aburridora, pero todo eso se compensa con el hecho de haber visto a Castiel (Misha Collins) actuar como humano.

La posesión de Sam era necesaria, sabemos de sobra que Dean va a hacer lo que haga falta para recuperar a su hermano. Incluso aquella vez en que Sam murió, Dean la pasó supermal y tuvo un arduo trabajo de adaptación a la vida normal, dejando «el negocio familiar» de lado. Pero Sam volvió, Dean se fue al Infierno y volvió también y parece que la dinámica es hacerlos pelear cada vez que vuelvn de un lugar impensado.

Esta finale estuvo a la altura de lo que fue la temporada: un poco de todo, habiendo ya cerrado lo de Abbadon, con Metatron rondando y un WTF para engancharnos para la próxima. Sam había sido ángel, Cas fue humano, ahora le tocaba a Dean. ¿Y qué podía ser Dean? ¡¡Un demoooonioooo!!

Va a ser interesante ver a Dean convertido en aquello que más odia, pero por suerte lo hemos visto ser un poco más flexible para con los monstruos. Si bien fue vampiro por un rato, esto es distinto. Ahora responde a Crowley y eso va a ser para alquilar balcones.

En próximas entrega de de esto que llamamos «críticas de series», tendremos los finales de temporada de Hannibal, The Blacklist, Mad Men, Nashville, Criminal Minds y The Big Bang Theory.

Por Leticia Bellini

bellini.leticia@revistatoma5.com.ar

Comentarios

Sebastián Espíndola

Director y editor de @RevistaToma5. Vanguardista de casi nada, pero consumidor de casi todos. De chico quería ser detective privado.