Hace un par de años tuve la suerte de disfrutar en el BARS una excelente película de terror plagada de elementos fantásticos y bizarros llamada “A noite do Chupacabras” dirigida por un tal Rodrigo Aragão.
Recuerdo casi de memoria (aunque no rechazaría la oportunidad de verlas de nuevo) muchas escenas que me parecieron increíbles, repletas de humor negro y violencia, las cuales respondían de forma perfecta al ritmo dinámico y entretenido que proponía su guión.
Gracias al cine independiente, Aragão vuelve al ruedo con su nueva aventura titulada “Mar Negro” en donde hay elementos que se repiten en relación con su anterior proyecto pero hay otros que lamentablemente dicen ausente.
Comencemos por lo positivo: La sangre a raudales, los personajes bizarros, las situaciones extravagantes plagadas de humor negro y escatológico, los efectos especiales a la vieja escuela y el ritmo vertiginoso de principio a fin dicen presente en esta nueva incursión del realizador brasilero en el cine de terror.
De algo podes estar seguro: Cuando veas esta película no vas a parar de reírte gracias a algunas secuencias que son asquerosamente divertidas y sangrientas, acompañadas de un apartado técnico que salpica calidad digna del buen cine «clase b«.
«Mar Negro» es una película muy entretenida. Los zombies (o infectados) que azotan la pequeña aldea son todo un show que vale la pena disfrutar en la pantalla grande. Poniéndose el chaleco de “yo soy el puto amo”, Aragão hace lo que pocos realizadores hoy en día son capaces: Cargarse toda la película al hombro siendo responsable de la dirección, el guión, los efectos especiales y el montaje, ofreciendo asi un producto parejo, que conoce todas sus limitaciones y por eso no deja ver sus hilos.
La galería de personajes que ofrece “Mar Negro” va desde un albino diabólico, un extravagante dueño de un bar, el borracho de la aldea, la mujer brasilera que parte la tierra, el discapacitado de turno (imperdible), la cantante latina de boleros, su guardaespaldas (¿Un homenaje a “Machete”?), un político corrupto concejal del pueblo y la dueña del prostíbulo donde se desatará toda la carnicería.
Solo Aragão puede manejar semejante elenco, explotarlos al máximo y estar atento al destino que corran todos y cada uno de ellos. Nuevamente, tal como sucedía en “A noite do Chupacabras”, lo que nos ofrece es una clase avanzada de cómo montar en una película de terror una estructura narrativa que parece sacada de una novela culebrona (de esas que se emiten todas las tardes en la tv abierta) sin perder las riendas ni el estribor en semejante desafío.
Obviamente hay personajes que sobresalen por su naturaleza, pero también porque dejan entrever además que hay un gran trabajo por parte de los actores que los interpretan. Cristian Verardi (Madame Ursula), es sin lugar a dudas el mejor ejemplo de esto: Desde que aparece en pantalla se roba por completo la película y ofrece una serie de escenas memorables que no vas a poder olvidar fácilmente.
El único problema de “Mar Negro” es que en esa necesidad de ser lo más grande posible en búsqueda de tapar la falta de recursos (de presupuesto y de guión), se termina pasando de rosca y desbarranca por completo en sus últimos minutos.
La historia se pierde en algunas de las aristas menos interesantes que tiene para ofrecer Aragão y el desenlace termina siendo casi irrelevante, con poco peso y hasta podríamos decir abierto, lo cual no es bueno porque la idea de esta producción no da para más.
Hay que tener muchos huevos para hacer estas películas en la actualidad, pero también mucho talento delante y detrás de cámaras para ofrecer un producto tan entretenido, como bizarro, violento y fantástico. A veces puede salir mejor y otras veces peor, pero el intento es digno de aplausos ya que nos regala altas dosis de humor negro, sangre, situaciones hilarantes y personajes memorables.
Caerle con todo el peso de la ley a una película de zombies cuyo puntapié inicial es ni más ni menos que el ataque de una sirena (la más bizarra que jamás hayas visto) a un joven pescador, es absurdo. Y solo con Aragão lo absurdo puede disfrutarse sin culpa y de forma tan placentera y divertida.
Calificación:
Trailer:
ramos.facundo@revistatoma5.com.ar
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