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Cuando las coincidencias suman: Will & Rust

Cuando las coincidencias suman: Will & Rust

La televisión no suele mostrarnos a los personajes masculinos como seres frágiles y susceptibles de sufrir por ser demasiado sensibles. Por eso, cuando vemos a Will Graham en Hannibal y a Rustin Cohle en True Detective nos llama la atención.

Más allá de calidad de las actuaciones, ambos personajes nos hacen entrar en un mundo de percepciones diferentes de las que solemos ver en los investigadores-macho-cabrío a los que estamos acostumbrados.

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Lo de Will Graham fue una sorpresa, al menos para quienes no leímos la saga de libros de Thomas Harris. Solo conocíamos a Will por la interpretación de  Edward Norton, que no distaba demasiado de ser una Clarice más avispada y con conocimiento de causa. El Will de Hugh Dancy está temporalmente situado antes que el de Norton, y sus características de personalidad y modo de actuar son bien diferentes. Este Will semanal modelo 2013 es un tipo que sufre por “exceso de empatía”. Además, Graham sufre de una condición médica  sin diagnosticar -encefalitis- que, básicamente, lo hace flipar en colores. Will duda de lo que ve, lo que percibe y lo que siente, ayudado en su confusión por un psiquiatra, Lecter, al que le conviene que la verdad no salga a la luz.

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Matthew McConaughey da vida a Rustin Cohle, uno de los detectives de la nueva joya de HBO, y también está roto. Rust es un desastre por otro tipo de circunstancias de las que, por ahora, conocemos poco y nada. La serie lleva solo 3 episodios y sabemos sobre él en su relato desde el presente evocando el pasado, y al verlo en acción en ese pasado junto a Martin Hart, su nuevo compañero -Woody Harrelson- allá en el sur profundo. Sus percepciones también están alteradas por una condición médica -sinestesia-, disparada por la muerte de su hija de 3 años en un accidente vial. Este combo suma las repercusiones de haber trabajado como encubierto en la división de Narcóticos durante mucho tiempo.

Will a veces se pasa de rosca en afectado. Digo esto porque no termina de convencerme la actuación de Dancy. Will puede, literalmente, “ver” la escena del crimen al momento de suceder, y vivenciarla como si él mismo fuera el perpetrador. Esto sumado a la manija que le da Lecter. Will llega a creer que tal vez él es el asesino al que acecha, y no lo sabe porque su mente está nubosa y sus sentimientos atribulados. En eso a veces falla Dancy: el sufrimiento es más que los ojos abiertos bien grandotes. En cambio Rust no espera. Rust acciona. Si bien habla y pone en palabras, para desgracia de Hart, todo lo que piensa, Rust se mueve. Ya sea por insomnio o culpa, quién sabe, no deja piedra sin voltear. Y McGonaughey está soberbio.

Cinco episodios quedan de True Detective. El 28 de febrero vuelve Hannibal. Esos serán los momentos de las respuestas que, auguro, van a estar a la altura.

Leticia Bellini

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Sebastián Espíndola

Director y editor de @RevistaToma5. Vanguardista de casi nada, pero consumidor de casi todos. De chico quería ser detective privado.