En abril desembarcó en Netflix la primera temporada de la serie «Daredevil», que inaugura la flamante etapa de «Los Defensores» de New York (cuatro series distintas sobre personajes que se unirán en una sola mini-serie). Con todo el peso de estar a la vanguardia de estas producciones, y con el historial de la fallida adaptación de Fox de Daredevil al cine en 2003, la serie sorprendió al mundo entero por la altísima calidad de su contenido.
Tratándose de una producción original de Netflix (en conjunto con Marvel Television) se subieron, como ya es regla en el sistema de streaming, los 13 capítulos juntos de la primera temporada completa. El viernes 10 de abril a la madrugada ya estaban disponibles en Latinoamérica, y se generó una oleada de fanatismo y binge-watching que copó también las redes. Como resultado, menos de dos semanas después Marvel confirmaba la segunda temporada para el año que viene.
Adiós le decimos al ambiente naif que reina en la New York de Avengers, dándole la bienvenida a una ciudad mucho más oscura, con un héroe a la altura de las circunstancias.
Como todo gran héroe, Daredevil necesita de villanos igualmente complejos y comprometidos. Y no sólo los tiene en calidad y cantidad a lo largo de esta primera temporada, sino que además hace gala de un despliegue de side-kicks que son la envidia de cualquier superhéroe del universo marvelita.
A todos estos aciertos sólo en la hoja de personajes, podemos sumarle una fotografía impecable, escenas de acción de una belleza y precisión orientales, guiones dinámicos y agudos, y un elenco brillante. Además de las continuas pero sutiles referencias a los «héroes y sus consecuencias» del Universo Cinemático de Marvel que ya conocemos. Sólo por nombrar algunos de sus aciertos, que son más de los que cabría esperar en una serie de este estilo.
Recap del Episodio 1: La Iniciación
Todo comienza cuando el pequeño Matt Murdock es expuesto a los químicos de un derrame accidental, por salvar a un anciano del mismo destino. La primera persona en aparecer en escena es el padre de Matt, un boxeador desesperado por ayudar a su hijo. Todo esto nos da la pauta de lo importante que son sus orígenes y cómo la serie se enfocará en ellos.
En la escena siguiente conocemos al Matt adulto ya ciego, que se crió en la fe católica y tiene un agudo sentido de la moral que no lo deja pasar ciertas líneas. Sin embargo, su principal preocupación es la justicia y lo que debe hacer para impartirla. En una charla de confesionario convertida en una gran definición de los valores que guían su accionar, se sincera con el sacerdote diciendo: «No busco una penitencia por lo que hice padre, pido perdón por lo que estoy por hacer». Su decisión de enfrentarse al mal que agobia la ciudad por mano propia está tomada.
Todo queda evidenciado en su primera salida como «el enmascarado», cuando se enfrenta a un grupo de mafiosos y los derriba a puño limpio sin escatimar violencia. Con una pelea llena de formidables acrobacias y perfectamente coreografiada por Philip J. Silvera (el mismo que se encargará de coordinar las escenas de acción en la próxima película de «Deadpool») nos sumergimos en el tipo de acción que desborda esta serie. Todo termina con un Matt que, no satisfecho con su victoria, descarga toda su furia y frustración sobre uno de los delincuentes ya abatidos. Con dos grandes tomas, la acción corta hacia la intro: oscura, poderosa y cargada de simbolismo.
Es momento de presentar al comic-relief de la serie. Foggy Nelson, el mejor amigo y socio de Matt, con quien está a punto de abrir un estudio de abogados. Porque Matt Murdock lucha contra la injusticia de noche y de día, como héroe enmascarado y abogado defensor, respectivamente.
En una escena fresca y divertida que ilustra los matices de su amistad y la personalidad de cada uno en compañía del otro, visitan la que se convertirá en su flamante oficina. Al debatir el precio del inmueble con la agente de bienes raíces, podemos escuchar la primera referencia hacia los sucesos de Avengers: que la oficina fue apenas afectada por el incidente también conocido como «lluvia de muerte y destrucción que casi arrasa con Hell’s Kitchen» (una definición que suena escalofriantemente parecida a los sucesos del 9/11 con las Torres Gemelas).
Es también cuando nos enteramos que Nelson y Murdock tienen algunas diferencias en cuanto a las políticas para elegir a sus clientes, lo cual les trae inconvenientes financieros. La ciudad es tan corrupta, que Matt dice que en este punto «se conformaría con sólo un cliente inocente». Sus palabras quedan enmarcadas en la escena de un crimen: un cuerpo bañado en sangre en el piso de un departamento y una chica con la cuchilla asesina en la mano, clamando su inocencia mientras la policía irrumpe y la detiene.
En estas particulares circunstancias conocemos a uno de los personajes más importantes de la serie: Karen Page, interpretada por Deborah Ann Woll. Ella será la primera clienta de Nelson & Murdock, y gracias a la oportuna aparición de los abogados se salva de una muerte segura. A medida que avanzan en el caso, vamos conociendo más sobre las habilidades de Matt: escuchar el ritmo de las palpitaciones y poder determinar si alguien miente es una de ellas. El sonido juega un papel fundamental en la serie, ya que a través de él podemos acercarnos a percibir las cosas de la forma en que el protagonista lo hace.
A través de una serie de pistas dignas de un buen policial negro, vamos atando cabos junto con los personajes y descubrimos que hay mucho más detrás del caso. Empiezan a surgir los nombres y los jugadores en el tablero, y todo va apuntando hacia una organización criminal que trasciende las fronteras de la ciudad e incluso del país. Este es otro de los grandes aciertos de la serie, la diversidad cultural de la que hará despliegue a lo largo de la temporada. Y no el tipo de «diversidad» donde todos los extranjeros hablan y entienden perfecto inglés, sino algo bastante más realista y sofisticado.
En este primer capítulo, conocemos a algunos de los villanos de la serie y su conexión con la primera pelea callejera de Daredevil. Detrás de todo el abanico de crímenes diarios en Hell’s Kitchen como corrupción, intimidación e imputación de inocentes, hay negocios realmente turbios como la trata de personas y tráfico de heroína. Pero el contacto local no aparece y se niega a ser nombrado, enviando a su emisario a cerrar sus tratos. Esta fue una decisión del showrunner de la serie, Steven DeKnight, quien no quiso jugar todas las cartas en el primer capítulo y decidió dejar la presentación del villano principal para más adelante, creando mientras tanto una mística a su alrededor.
Decisiones como ésta son en su conjunto lo que hacen de la serie algo tan bien logrado, junto con una narrativa madura y un amor por el detalle que se nota hasta en los decorados. A su vez, escenas como las del living de Matt mientras la luz de un aviso innunda la habitación, son de una belleza y precisión técnica deslumbrantes.
Al igual que la última pelea del capítulo, que nos remonta con otro flashback a la infancia de Matt y la influencia de las enseñanzas de su padre sobre su accionar.
Regido por su propio código moral y sin ahorrar sangre, Daredevil será un épico viaje de trece episodios en el que veremos el origen y nacimiento de este atípico héroe.
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