Finalmente llega a nuestras salas la esperada secuela del superhéroe (sic) que en 2016 tomó a todos por sorpresa. En esta oportunidad la película comienza con un giro inesperado que servirá para la evolución del personaje. Deadpool ahora buscará que «su corazón esté en el lugar apropiado». Sí, así de incongruente como suena viniendo de él, en realidad es un cambio absolutamente orgánico. Después de varios intentos de seguir su corazón, terminará formando un equipo: X-Force. La misión es proteger un niño mutante que se convertirá en un asesino despiadado, de otro asesino mutante despiadado que viene del futuro: Cable.
¿Suena a una historia explotada mil veces? Sí. ¿Se burla absolutamente de los estereotipos? También. Empezando por darle una hilarante vuelta de tuerca a la típica historia de formar un equipo. Además de burlarse de los guiones más utilizados, también toma personajes que son estereotipos y se burla de ellos a la décima potencia. Se nota que ya no es una historia de origen y que el protagonista lucha por evolucionar y encontrar una identidad propia en el universo superheróico. Eso es X-Force, un equipo de mutantes de cuestionable moral y de habilidades poco creíbles pero extrañamente útiles.
Esta película es al igual que su antecesora una adaptación mucho más fiel a los comics de lo que han sido las primeras X-Men. Una vez redimido el personaje principal, hace lo propio con Cable. Pero lo más notorio es que introduce bien a un personaje que fue bastante odiado en las precuelas de Bryan Singer: Juggernaut. Para empezar, por primera vez tiene las dimensiones de los comics, en vez de ese señor forzudo pero bastante normalito que vimos en «X-Men: The Last Stand».
Podríamos resumirla como una película que se burla de todo, no respeta nada; salvo los personajes originales. Todo lo que quieren los fans. Y si no son nerds comiqueros igual pueden despreocuparse porque no hay referencias absolutamente necesarias de entender para seguir la trama. Eso sí, en la escena post-créditos van a encontrar muchas referencias a todas esas películas de principios de los 2000 que arruinaron un par de personajes y preferirían no recordar. Incluso Joe Quesada, una de las cabezas de Marvel, tweeteó que nunca se había reído tanto en la vida con una escena post créditos. Anoten.
El único punto para criticar de todo esto es que en ciertos momentos repite chistes ya usados en la primera parte. Posiblemente se haya realizado como una búsqueda de identidad para la franquicia, pero por momentos da la sensación de copiarse a sí mismo. Nada grave, comparado con la evolución del personaje y de la historia en general. Por último, aunque tal vez sea un tanto reiterativo, recuerden que no es una película para chicos. La sangre corre a raudales, hay sexo y malas palabras, y posiblemente no quieras ir con tus hijos si no estás dispuesto a tener ciertas conversaciones incómodas después.
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