El cine, como plataforma visual, ha sido usada infinidad de veces para ponerle imagen a historias, ficcionales o no, de la literatura. Desde best seller, sagas de libros, autobiografías, hemos visto este traspaso que materializa los relatos y nuestra imaginación, aunque a veces no se parezca en nada al mundo que habíamos creado. En este caso se suma a la incontable variedad una nueva película sobre el libro mas traducido del mundo, la Biblia.
Hijo de Dios, dirigida por Christopher Spencer (The Bible) cuenta la visión de Juan, el ultimo discípulo sobreviviente de Cristo. Éste relata desde el humilde nacimiento hasta la resurrección final, pasando por todos los hechos más significativos en la vida de Jesús, ya sea el resurgimiento de Lázaro, la multiplicación de los panes, o caminar por el agua, vemos como todos los momentos están trabajados para conseguir un clima de suspenso y aventura, que lastimosamente no se logra, debido a efectos digitales mal explotados junto con un rápido y pobre enfoque de las situaciones que no logran esa «exaltación» buscada en la audiencia, ya que obviamente sabemos qué es lo que va a suceder luego, algo que tendría que haber tenido en cuenta el director antes de invertir los iniciales 25 millones de dólares.
Diogo Morgado, el encargado de interpretar a Jesús, tiene el estereotipo ideal para el papel del profeta aunque solo lo defiende con una mirada que intenta ser tierna y comprensiva, pero que se queda en el camino y cae por su propia cruz. En resumen, una casi aceptable actuación. En el papel de la virgen María se encuentra la productora ejecutiva, Roma Downey, al ser un personaje que aparece particularmente poco para ser quien es, cumple su función correctamente en las escenas de llanto y de dolor al ver el maltrato de los romanos hacia su hijo. Joe Coen, Sebastian Knapp y Joe Wredden interpretan a José, Juan y Judas respectivamente, acompañando en todo momento al protagonista pero sin sobresalir de la línea tampoco.
Esta nueva entrega es un añadido a las ya tantas películas evangélicas, algunas como: El rey de reyes (1927), Jesús (1999) y la más reciente, La pasión de Cristo (2004), que nos muestran y resaltan desde distintos puntos de vista el paso y la vida del primer profeta. Pero queda incluida en esa lista, siendo una más del montón, buscando generar tensiones en la sala de cine cual película de acción y aventura pero sin lograrlo. Sin duda su público principal se verá identificado y hasta se podría decir que renovará su fe, pero los gustosos del séptimo arte se encontraran con 138 minutos de un melodrama bíblico que difícilmente llegue a recordarse por otros 2000 años.
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