Cuando hablamos de un documental de Michael Moore ya sabemos qué es lo que vamos a ver: críticas profundas e irónicas sobre la política y la sociedad estadounidense. La nueva película del famoso documentalista es, sin dudas, una muestra más de su obsesión con cuestionar a la cultura de su país. Ganador de un Oscar al mejor documental largo, en 2002 con «Bowling for Columbine», y aclamado por su trabajo “Fahrenheit 9/11” en 2004, en “¿Qué invadimos ahora?” se ha perdido su característico espíritu crítico, aunque no así su humor.
La sátira y la ironía siguen siendo su mejor arma. El film nos introduce a Moore citado por el Pentágono, donde los jefes de las Fuerzas estadounidenses le reconocen las derrotas de sus últimas campañas bélicas y le piden que los aconseje sobre qué pasos seguir a futuro. Entonces, el director comienza la misión de invadir países europeos con el fin de robarse las mejores ideas, aquellas que pueda mejorar la situación de su país. Así es como veremos a Moore en Italia, Francia, Finlandia, Eslovenia, Alemania, Portugal, Noruega y otros países más. De todos ellos robará la supuesta solución a distintas problemáticas arraigadas en la historia de Estados Unidos.
La fórmula del realizador se repite y es efectiva. El problema es que esta vez su mensaje de crítica a la estructura política estadounidense se pierde en los elogios hacia puntos muy específicos de países europeos, sin cuestionarlos ni ponerlos en el contexto correcto. Las entrevistas, además, buscan reforzar lo que él quiere mostrar y no dan lugar a otra opinión o punto de vista contrario. El espectador no construirá su opinión, no podrá tener otro punto de vista que no sea el que Moore quiere lograr.
Por otra parte, si bien es reiterativo que el enfoque del director esté siempre puesto en la problemática sociopolítica norteamericana, es también algo que aún llama la atención porque sigue vigente. Desde hace 27 años que casi toda su filmografía se centra en cuestionar los gobiernos y al capitalismo, del cual su país natal es sede. Pero en “¿Qué invadimos ahora?”, se olvida de indagar en los defectos de los otros países a los que visita, también potencias mundiales y de gobiernos capitalistas, y los plasma como maravillosos y funcionales.
Un lenguaje sencillo y coloquial, información reducida y humor ácido. Fórmulas que al americano promedio, a ese que él también critica, lo pueden entretener y darle el mensaje servido sin que tenga que analizarlo demasiado. Se trata de un documental entretenido, aunque largo, pero que al menos nos permitirá tomar contacto sobre puntos interesantes de la sociedad europea, aunque no nos muestre el panorama completo. ¿Es este el trabajo más flojo de Michael Moore? Sin dudas tiene mejores.
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