En esta sección te vamos a contar sobre lo que se viene en el mundo series. Algunos ya tienen temporada confirmada, otros aún están en veremos. T5 te ofrece un panorama de lo que te vas a encontrar si querés adentrarte en algo nuevo.
Se vienen los finales de temporada de la series que seguimos durante meses. La pregunta es ¿y ahora, qué miramos? A veces, el primer episodio de una serie puede bastar y sobrar para darse cuenta si lo que nos están mostrando es humo o una historia con potencial. En esta ocasión, hablaremos de los primeros episodios de Believe, Crisis y Bosch.
¿Qué es Believe?
Believe es una de las series más esperadas y con más manija de los últimos tiempos, básicamente porque en ella se involucran J.J. Abrams (el tipo al que todos conocimos por Lost) y nada menos que el flamante ganador del Oscar a mejor director, el cuate Alfonso Cuarón.
De los tres, es el que más flojo me pareció. La historia la va de una nenita llamada Bo (Johnny Sequoyah) que tiene algo así como “poderes” Más que poderes, pareciera que tiene la capacidad de utilizar el 100% de su cerebro, lo que genera varias situaciones inesperadas. Bajo las órdenes de Skouras (Kyle McLachlan), un grupo armado intentará secuestrarla mientras que otro, coordinado por Winter (Delroy Lindo), intentará ponerla a salvo. El guardián designado para hacer crecer sana y fuerte a Bo es Tate (Jake McLaughlin), un tipo al que estratégicamente ayudan a escapar de la cárcel para que cumpla con su cometido. Todo es previsible, incluso el por qué de la elección de ese convicto y no otro.
Believe no te sorprende en ninguno de sus 42 minutos. Todo es absoluta y aburridamente previsible. El malo es rico y poderoso y va a a galas de caridad y anda en jet, los buenos siempre tienen un as bajo la manga, la nena es el futuro de la humanidad. Todo esto ya lo vimos en Flash Forward, en The Event, en The Following ... Basta de clichés, por favor.
Lo mejor: La tortuga de peluche de Bo (porque no tiene diálogo).
Lo peor: la mercenaria que intenta secuestrar a Bo en el hospital y sus patadas de quién sabe qué arte marcial mal ejecutado.
Harry el sucio
Con la moda de policiales y asesinos seriales, no es fácil convencer al televidente que tu producto vale la pena. Menos aún cuando te adentrás en un género tan clásico y con tantos seguidores como el policial negro. Bosch toma los elementos básicos de la novela negra, los pone ahí y espera que por combustión espontánea, generen algo mínimamente interesante. Lo logra en, digamos, un 50%.
Harry Bosch es un poli duro, solitario, fan del jazz y el whisky que no acata las órdenes de nadie. Un día se encuentra en juicio por matar a un tipo que no se sabe si estaba armado o si «alguien» le plantó un revólver para trastocar los hechos. Mientras que se decide si Bosch hizo uso o no del gatillo fácil, aparece un caso. Cómo no.
Bosch me genera una contradicción porque, si bien cae en todos los lugares comunes habidos y por haber en el policial, la actuación de Titus Welliver es muy convincente. Sabe dotar a su Bosch de las miradas esquivas o perforantes según hace falta, se mueve como un tipo que se siente cómodo en su piel en determinadas situaciones, pero en otras parece al borde de la rotura de cabeza ajena.
Lo mejor: el protagonista, un buen actor al que se nota cómodo en el papel.
Lo peor: la poca, casi nula intriga que te generan los casos. Seguro que ya vimos algo parecido en Criminal Minds.
Crisis
¿Cuán lejos estás dispuesto a llegar para proteger a aquellos a quienes amas? Esa es la premisa de Crisis, qué están dispuestos a hacer los padres por sus hijos.
Más actores de cine pasando a la tele (Dermot Mulroney), actores históricos de series (la exquisita Gillian Anderson) y algunos otros conocidos que conforman un muy buen casting. Lo mejor de Crisis es, si se quiere, que está bien actuada.
Un grupo de adolescentes que sale de excursión en el micro de la escuela es secuestrado por un grupo comando. Hasta acá, nada que no hayamos visto en Luther o Bron/Broen. Uno de los puntos a resaltar es que a esa escuela asisten los hijos del 1%, es decir el hijo del presidente de los Estados Unidos, de una empresaria que maneja más de 300 mil empleados y algún que otro becado porque así es la caridad.
A cargo del caso queda el FBI y una de sus agentes resulta ser la hermana de la millonaria –Anderson-, con la que no tiene la mejor de las relaciones. A su vez, en el micro iban Thomas Gibson, el padre de una de las chicas becadas –Mulroney– y un profesor que tal vez tenga un affair con una alumna. Que es la hija de la millonaria. Y por ahí hay un agente novato del servicio secreto que pisó el palito y ahora debe enfrentarse a consecuencias más que complejas.
¿Por qué creo que hay que darle una oportunidad? Porque a veces está bueno ver cómo un grupo de buenos actores maneja una historia normalita.
Lo mejor: ver a Gillian Anderson ser grosa, como siempre; la versión coro de niños de Nothing Else Matters de Metallica hacia el final.
Lo Peor: lo previsible de la trama de Thomas Gibson.
¿Los viste, estás de acuerdo? ¿Tenés algún piloto para comentar? ¡Animate y comentá!
Por Leticia Bellini
bellini.leticia@revistatoma5.com.ar
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