Y pensar que todo esto comenzó con un viejo rengo que golpeaba un bastón mágico…
No sé si Marvel tenía decidido llegar a este punto, pero lo hizo, y ahora no hay vuelta atrás: «Thor» es una de las pelis más logradas del estudio y dentro de lo que se conoce como «el camino a Los Vengadores» es, quizás, la pieza clave.
Hubo tantas idas y vueltas en la producción del film del dios del trueno que hasta se rumoreó en un principio que Brad Pitt sería quien interpretaría al hijo de Odin en una versión en la que D.J Caruso sería el director.
Pero por esas cosas que tiene el cine, que también abarca el detrás de cámaras y la producción de los films, el estudio decidió que finalmente Kenneth Branagh sea el encargado de trasladar a la pantalla grande a este maravilloso personaje junto al desconocido actor Chris Hemsworth en el rol principal.
Acostumbrado a realizar otra clase de films comerciales y más personales como «Enrique V«, «Hamlet«, «Mucho ruido y pocas nueces» y «La Flauta mágica» y a ponerse delante de cámaras en producciones tan variadas como «Harry Potter y la cámara secreta» y «Operación Valkiria«, Branagh sorprende con su trabajo en «Thor» ya que mezcla su fanatismo por Shakespeare con una historia salida de los cómics y el resultado es una locura que merece ser vista y disfrutada como tal.
Aunque no era sencillo darle el tratamiento que le dio el realizador irlandés, Branagh tuvo a su favor que la historia del dios del trueno presente varias aristas similares con los tópicos que supo trabajar el celebre dramaturgo ingles: Hijo orgulloso, padre vanidoso, hermano conflictivo, amores imposibles y disputas de poder en un reino ideal.
En cuanto al trabajo de Hemsworth, queda claro que se trató de una decisión muy acertada por parte del estudio. Cumple y sorprende, básicamente porque nadie lo tenía en los papeles.
El apartado técnico del film es notable ya que lo que hicieron con la recreación de Asgard no tiene equivalente: Un despilfarro visual hermoso que recuerda a los mejores escenarios de sagas fantásticas como «Star Wars» o «El Señor de los Anillos«, sin exagerar en ningún sentido.
Recordemos que Asgard en la mitología escandinava es una morada donde reciden los dioses y está dividida por reinos. En los cómics de Thor se profundizó bastante sobre casi todos ellos pero en la película, por razones obvias, solo se los menciona y se ofrece un pequeño vistazos de cada uno de ellos en el maravilloso prólogo.
El único reino que visitan nuestros protagonistas, recurriendo a Heimdall (interpretado por un correcto Idris Elba), protector del Bifrost, es Jotunheim donde habitan los gigantes con los que Thor inicia una guerra. También, lo que hicieron aquí es digno de aplausos, ya que la primera batalla donde vemos en combate a nuestros protagonistas es un tremenda gran secuencia de acción, digna del buen cine pochoclero.
Otro gran acierto fue la selección de actores para el film. La extensa lista va desde Anthony Hopkins en el rol de Odin (más acertado no se pudo haber estado jamás), Tom Hiddleston como Loki (el hermano de Thor), Ray Stevenson como Volstagg, Natalie Portman como Jane Foster y Stellan Skarsgard dándole vida al doctor Erik Selvig.
Estos dos últimos resultan agradables en un principio, sobre todo teniendo en cuenta que estamos en una film de superhéroes donde es necesario contar con un «doncella a salvar», y la ayuda del «inteligente del grupo». No obstante, a medida que avanza el metraje, uno se pregunta: ¿Era necesario ridiculizar tanto la presencia de Thor en la tierra?
Puede que la palabra ridiculizar sea muy dura, pero en cierta forma es la que mejor describe lo que sucede en la película cuando el desterrado rey de Asgard está en nuestro planeta.
Desde chistes infantiles (Thor buscando un caballo), personajes ridículos (Kat Dennings como Darcy Lewis es infumable), situaciones absurdas (la parranda del doctor Erik Selvig con Thor era completamente innecesaria) y un sinfín de elementos más hacen que la historia pierda mucho peso mientras transcurre en la tierra. El gran trabajo que realizaron para darle espectacularidad y realismo a lo que sucede en Asgard se ve opacado en gran medida por la flojera con la que trataron la permanencia del dios del trueno en la tierra.
Por si fuera poco, la presencia casi excesiva del Agente Coulson en la historia (interpretado por Clark Gregg) resulta bastante aburrida. Se nota mucho que con este film quieren unir las historias del resto de los vengadores, algo que en lo personal me molestó bastante.
El problema entonces es doble: mientras Thor está en la tierra por haber sido desterrado no solo queda visto como un personaje tonto, sino que también el resto de los personajes parecen más tontos que él.
Lo más positivo en esta parte del film es el pequeño y gran cameo de Jeremy Renner como Ojo de Halcón en la que es, sin dudas, la escena más épica y emotiva de toda la película; el rescate de Mjollnir, el martillo todo poderoso de Thor.
Como dije al principio, «Thor» es la propuesta más lograda de Marvel hasta la fecha. Lo que lograron adaptando este personaje es digno de aplausos y nos deja con una confianza tremenda sabiendo que el objetivo es lograr ni más ni menos la reunión más importante de superhéroes de la historia del cine.
«Thor» es la base de todo ese sueño, no hay dudas. Por eso hay que disfrutarla como lo que es: una clara muestra de que para Marvel nada es imposible.
Calificación:
Trailer:
ramos.facundo@revistatoma5.com.ar
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