Desde que comenzó el 2014 llegaron tres muy buenas producciones protagonizadas por superhéroes y nuevamente surge uno de los interrogantes más complejos y polémicos para todo cinefilo: ¿Cuál es el mejor de todos estos idílicos personajes?
Porque eso es lo que nos llevan a preguntar las grandes películas de superhéroes, ¿Cuál de todos esos valientes defensores nos gustaría ser y por qué?
En lo que a mi respecta, creo que la grandeza de un héroe no se define por sus poderes, ni por los enemigos que enfrenta, sino por las decisiones que toma en momentos cruciales de su lucha. De ahí que, paradojicamente, pienso que todo superhéroe nace en el final de sus batallas y no el inicio de su cruzada.
Convertirse en algo más que un simple justiciero me parece mucho más importante, relevante y emocionante que la decisión de transformarse en un héroe o utilizar los poderes. Siempre me atrapó más ese concepto más que toda la parafernalia de los films en los que aparecen estos personajes.
Impulsado por esa idea, armé este post que recopila 5 grandes cierres de películas de superhéroes con la intención de que ustedes también recuerden y reflexionen sobre ese momento crucial en la vida de algunos de ellos (obviamente, los Spoilers están a la orden del día si no viste alguna de estas películas).
Si juntamos todas las decisiones y acciones finales de los protagonistas que aparecen a continuación, yo creo que podemos crear al superhéroe perfecto.
«Watchmen» de Zack Snyder
Quizás una de las películas de superhéroes más realistas, humanas y maduras de la historia del cine que, paradojicamente, no se valora como tal debido al fracaso económico que significó en el 2009. Hay gente que ni siquiera conoce la obra de Alan Moore y Dave Gibbons por lo que no es de extrañar que exista un numero mucho más grande de personas que no conozcan el film de Snyder.
Sin embargo, hay muchos que la valoran como lo que verdaderamente es: un clásico moderno.
El final de «Watchmen» es un ejemplo certero sobre los limites que hay que romper para vencer al verdadero mal. Aquel que se esconde entre nosotros y que solo puede ser derrotado tomando decisiones drásticas. Decisiones que tiene sus consecuencias y que afectan a todos por igual.
El grito de Rorschach lo representa todo. Un idealismo que corre por las venas, la inamovible vocación por defenderlo hasta las últimas consecuencias y el precio que hay que pagar por ello.
«El Caballero Oscuro» de Christopher Nolan
Nuevamente un clásico, solo que en esta oportunidad sí estamos frente a un film que a nivel comercial funcionó de forma perfecta y alcanzo limites impensados para todos aquellos que estuvieron envueltos en su producción.
La secuela de «Batman Begins» (también dirigida por Nolan) sin lugar a dudas es la película de superhéroes que todo el mundo vio y aplaudió de pie allá por el 2008. Instantáneamente «The Dark Knight» se convirtió en el mejor film de superhéroes para toda una generación y recién con la salida de su continuación, «The Dark Knight Rises» encontró, no solo un digno rival, sino el capitulo final para cerrar una etapa dorada dentro de este género.
Nunca habíamos visto un Batman tan humano como el de Bale, dilemas tan grises para nuestro personaje como las que propuso Goyer ni tampoco una cámara en manos de un director tan obsesivo de lo visual y lo argumental como lo fue Nolan. Y con «El caballero oscuro» recién empezamos a valorar eso.
Por eso el cierre de esta verdadera biblia del cine de superhéroes también ayuda bastante a definir por completo el ideal del justiciero enmascarado: no hay nada, absolutamente nada, más importante que convertirse en un emblema dispuesto a dejar todo en pos de un bien superior.
No existe decisión más grande y gloriosa para un héroe que sacrificarse por el resto sin pedir nada a cambio. No se abandona jamás una lucha, aunque en el medio de la misma aparezca el exilio o el fin de una era.
Batman se vuelve una institución. Batman comienza a recorrer el camino hacia la leyenda gracias a esta escena.
«Daredevil» de Mark Steven Johnson
Otra enorme producción de superhéroes que pasó sin pena ni gloria por la taquilla pese a tratarse de un tremendo film destinado a un público más adulto y conocedor del mundo de los cómics.
«Daredevil» fue una tremenda y arriesgada propuesta, no solo por agarrar a uno de los actores de aquel momento y meterlo en la piel de un héroe (esa cara de carrera de Ben Affleck se vino abajo luego de este film) sino también por contar una historia atravesada todo el tiempo por la tragedia, la tristeza y los dilemas morales de la mayoría de los personajes.
Si bien a veces nos precipitamos con las comparaciones y terminamos sentenciando que «Iron Man es el Batman de Marvel» (o viceversa), la realidad es que las semejanzas entre Bruno Díaz y Matt Murdock son muchos más notorias y llamativas. Ambos, en su búsqueda incesante de justicia, están impulsados por un oscuro deseo de venganza.
Cinematográficamente fue mucho más difícil para Daredevil superar aquella tentación y es por eso que tenemos este inolvidable cierre.
Si esto no es un héroe…
«Capitán América: El primer vengador» de Joe Johnston
Cuando Marvel finalmente se erigió como Marvel Studios dentro del mundo del cine, y dejó de ser una cantidad de personajes desparramados por diferentes estudios para consolidarse como una sola potencia, uno de sus mejores personajes se reinventó por completo.
Personalmente creo que, por lejos, el Capitán América se posicionó como el gran emblema de este desembarco cinematográfico de la editorial de cómics más famosa del mundo. Los años, seguramente, hablarán de esta saga (que hasta ahora está compuesta por dos excelentes capítulos) como una de las más importantes dentro del género.
Johnston (director que todos los nostálgicos apreciamos con todo nuestro corazón) agarro la vida de Steve Rogers y construyó una pieza clave, con tintes de humor, fantasía, seriedad y mucho drama, creando así la identidad de un héroe cuyas responsabilidades son más grandes que sus músculos.
Y ahí está la clave, ya que la debilidad del capi no son las balas, ni los enemigos en cantidad, sino los sentimientos que deberá dejar atrás para convertirse en el héroe que todo el mundo quiere que sea.
Ese héroe con el que alguna vez Rogers soñó de chico. El mismo que, simplemente, me emocionó aquella primera vez que vi este grandioso film.
*Vean este final completo, ya que la parte más emocionante del mismo está recortada en este video.
«El protegido» de M. Might Shyamalan
Quentin Tarantino dijo hace un par de años que le hubiera encantado dirigir esta joya, a la cual considera como una de las mejores y más perfectas películas de superhéroes de la historia del cine.
De más esta decir que esta escena, por el modo en que está planteada y el pelotazo que nos da en la cara, parece sacada de un cómic de Superman. Personaje por el cual el realizador de «Kill Bill» y «Perros de la Calle» tiene una enorme devoción.
¿Qué más podemos decir al respecto? A esas palabras de Tarantino, solo resta sumarle el contexto: pese a estar actualmente apagado luego de una serie de severos fracasos comerciales, Shyamalan sigue siendo un nombre de jerarquía dentro de Hollywood gracias a «Sexto Sentido» (1999), «El Protegido» (2000) y «Señales» (2001).
Con «El protegido» Shyamalan se arriesgó a poner estos personajes dentro de una película plagada de suspenso, realismo y sobre todo drama. El resultado es un film único, que ofrece muchísimos grandes momentos…hasta llegar a su épico desenlace.
Obviamente el giro con el que cierra esta historia lleva el sello característico del realizador, pero no por eso debemos negar que quizás estemos frente al mejor uso de este recurso ya que el resultado es una escena de antología.
Tan grosa que ni siquiera la traducción al español logra arruinarla.
ramos.facundo@revistatoma5.com.ar
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