Liam Nesson no para de explotar el papel que mejor le sale: un tipo duro y habilidoso hasta lo sobrehumano, pero con sentimientos encontrados y fantasmas con los que luchar. Con el impulso que le dio «Caminando entre Tumbas» y el no-tanto-impulso que le dio «Búsqueda Implacable 3», ahora llega «Una Noche Para Sobrevivir». Esta vez, su típico papel de acción se llama Jimmy Conlon, un tipo acabado. Hace décadas que no se habla con su hijo y lo único que le queda en la vida es su amigo y socio, el turbio empresario Shawn Maguire (Ed Harris).
El problema recae en la profesión de Jimmy: es un sicario, y llegando a un momento introspectivo en su vida, no puede dormir por la culpa. Así que apuesta a un perfil bajo condimentado por el alcoholismo, hasta que su hijo Michael (Joel Kinnaman) es testigo de un crimen cometido por el hijo drogadicto de Shawn, Danny Maguire. Este intenta silenciar al testigo pero le sale al revés y Jimmy lo asesina para salvar la vida de su hijo. Esto termina la amistad entre Shawn y Jimmy, por supuesto, pero Shawn busca venganza, así que intentará asesinar al hijo de su ex-amigo para quedar a mano.
Después de toda una vida sin hablarse, Jimmy deberá guiar a su hijo por los oscuros ambientes del crimen organizado para lograr que él sobreviva. Por otro lado, también se verá obligado a acabar con la amenaza que Shawn representa, aunque no está seguro de si asesinar a su amigo o no. Durante una larga noche se desarrolla esta persecución en la que se diluye el límite entre el cazador y el cazado. Aunque la premisa es muy simple, se le da un giro psicologista que ayuda a que las muy recurrentes escenas de acción adquieran un sentido un poco más profundo.
Aunque Liam Nesson es un gran actor, las comparaciones son inevitables, y nos queda el mal sabor de boca de saber que este mismo papel se lo vimos demasiadas veces. Harris y Kinaman, en cambio, se destacan con buenas interpretaciones. Aunque el planteo del guión es sencillo, el final sorprende para bien con una vuelta de tuerca que separa esta película de todo el montón del mismo estilo. Por suerte, ya que la acción, el suspenso, y la tensión de este film se merecen algo un poco más complejo que un «felices para siempre».
Sin embargo, lo mejor que tiene esta película es su cinematografía. Los planos están cuidados con precisión, en especial en las escenas de mayor acción. Llama la atención el uso adecuado del contraste entre planos con predominancia de colores cálidos y de colores fríos, sin intermedios. Las transiciones con zoom a distintos puntos de la ciudad le da un buen toque que nos sirve para sentirnos dentro de la ciudad de la cacería, con sus barrios y sus distancias.
Una película entretenida, llena de acción y suspenso, con un final atípico que la despega de las demás. Sin embargo, el planteo de una venganza y una cacería por la ciudad, es una idea que está más que explotada en el cine y no aporta mucha novedad. Buen material para los fanáticos de la acción, aunque no sea realmente nada nuevo bajo el sol.
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