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«Prometeo»: El Messi de la ciencia ficción

«Prometeo»: El Messi de la ciencia ficción

Ridley Scott (aclaro antes que comenzar que es uno de mis directores favoritos) es uno de los pocos realizadores que trabajó casi con todos los géneros existentes y obtuvo excelentes resultados. Películas de la jerarquía de «Alien» (1979), «Blade Runner» (1982), «Gladiador» (2000) y «La Caída del Halcón Negro» (2001), pueden considerarse pilares indispensables dentro de sus respectivos géneros, lo que nos lleva a preguntarnos; ¿Cuántos trabajadores así existen en la industria cinematográfica moderna? 

Con «Prometeo» Scott vuelve al género que él mismo redefinió con sus primeros trabajos: La ciencia ficción. Y si hay algo en lo que el último trabajo de este gran director no decepciona es en el hecho de que encaja, no solo de forma perfecta dentro del universo de «Alien«, sino también dentro de la que es su trascendental visión del género.

La ciencia ficción no solo permite liberar la imaginación de todos aquellos que participan en ella (realizadores y en gran medida espectadores) sino también reflexionar sobre cuestiones que se mantienen vigentes a lo largo de toda la historia, como ser la vida, la muerte, la creación del universo y el por qué de nuestra existencia.

En este sentido, «Prometeo» puede ser un arma de doble filo, porque si las expectativas pasan solo por encontrar guiños hacia «Alien» (o cualquiera de sus secuelas), el resultado no será tan placentero.

Es muy interesante el enfoque que los responsables le dieron al film, ya que «Prometeo» adquiere la magnitud necesaria para independizarse y desprenderse de aquella historia para terminar ofreciendo algo, en pequeñas medidas, original. Y digo «pequeñas» no por desprestigiar al último trabajo de Scott, sino para hablar bien del mismo ya que presenta varias similitudes con «2001: Odisea en el Espacio» (1968), «2010: El año que hicimos contacto» (1984) y «Blade Runner» (1982).

David, el androide interpretado por Michael Fassbender, recuerda en igual medida al Hal 9000 del clásico de Kubrick y al replicante Roy Blatty interpretado por Rutger Hauer, no solo por sus planteamientos existenciales que dan pie a la reflexión sino también por una mitad siniestra que le pone pimienta a gran parte de la película.

También es una especie de guiño a la excelente «Inteligencia Artificial» (2001) dirigida por Spielberg (y soñada por Kubrick), no solo por compartir el nombre, sino también por la búsqueda existencial que realizan ambos robots.

Repito: «Prometeo» funciona muy bien cuando juega con temas tales como el origen de la vida en la tierra, qué hay más allá de la muerte y la ambición humana por encontrar respuestas. Por eso, cuando la historia le sigue los pasos a David (Fassbender) y Elizabeth Shaw (Noomi Rapace), adquiere un ritmo distinto que cuando se concentra en el resto de los personajes que, además de ser secundarios, están mal desarrollados.

El caso más llamativo de esto es el de Charlize Theron, cuya participación es casi insignificante. Algo parecido pasa con el piloto de la nave, interpretado por Idris Elba, que termina siendo el único pie cómico de toda la película.

Scott afirmó a la prensa que cuando «Prometeo» se edite en formatos caseros se incluirán más de 20 minutos de metraje que quedaron afuera. ¿Por qué? ¿Con qué necesidad?. Desde que ofreció las impresionantes versiones caseras de «Gladiador» (2000) y «La Caída del Halcón Negro» (2001) Scott se volvió un enfermo de los director’s cut al punto tal que «Blade Runner» (1968) tiene 4 versiones distintas. Una locura. Vaya a saber uno los verdaderos motivos. Lo que si es evidente, es que por momentos la versión teatral de «Prometeo» deja la sensación de estar muy editada.

En cuanto al apartado técnico, el film es impecable. Desde los primeros minutos con unos magníficos planos de unas montañas el 3-D dice presente de la mejor forma y a medida que avanza el film va tomando cada vez más protagonismo. Obviamente, cuando ya pasó más de media hora del metraje uno deja de darle bola a este aspecto y se concentra en otras cosas, pero sin embargo, Scott se las ingenia para recordarnos que estamos frente a una película que utiliza el sistema tridimensional en todas sus vertientes. (Sí, Scott también tira algunas cositas al espectador).

Los efectos especiales están a la altura de las circunstancias y combinan en medida perfecta el CGI con lo artesanal (aunque con un presupuesto como este poco tiene de lo ultimo) ofreciedo un trabajo magnifico e impactante.

Los últimos 45 minutos del film son un despilfarro visual absoluto en todas sus medidas, concluyendo con una escena tan grandilocuente y explosiva como nos tienen acostumbrado otra clase de directores un poco más pochocleros que Scott.

Para ir cerrando, estamos frente a una película que aprovecha el fanatismo y el universo del mundo «Alien» para crear una historia que se relaciona de forma directa con aquella película, pero que a su vez también se desprende de lo previsible para ofrecer una interesante propuesta que encaja perfecto en el género de la ciencia ficción.

Como ya lo dije anteriormente, Ridley Scott llegó a un punto en su carrera en el que difícilmente le podamos pedir algo más después de todo lo que nos dio. Si tenemos que trazar un paralelismo, hoy Scott es el Messi del cine: Solo le falta ganar el titulo más importante para coronarse rey del mundo.

Ver «Prometeo» hoy es el equivalente de ver a la pulga jugar con la camiseta del Barcelona, en el Camp Nou. Es así. Ambos están en su mejor momento.

Muchos estarán de acuerdo, muchos no. Pero para mi, Scott es de esos directores que te obligan a pagar una entrada de cine cada vez que estrena una película. ¿Que más podes pedir?.

Calificación:puntuacion 4

Trailer:

Facundo J. Ramos 

ramos.facundo@revistatoma5.com.ar

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Facundo J. Ramos

Periodista. Editor de la sección "Cine" en Revista Toma 5. Contacto: ramos.facundo@revistatoma5.com.ar Tw: @FakaJr